Esta secuencia de entrenamiento no es una de las formas tradicionales que la familia Yang utilizaba para desarrollar el combate del Tai Chi Chuan o “Boxeo Último Supremo”, sino que es más reciente, fue desarrollada por Chen Yanlin y está compuesta de 88 movimientos, cuyos nombres (de cada técnica) corresponden con los nombres que se dan a las técnicas del Tai Chi Chuan.
El conocimiento y entreno de esta forma es una clave importante para el desarrollo del Tai Chi Chuan como arte marcial, sobre todo para entender el paso de la práctica de Tui Shou o “Empuje de Manos” a la aplicación de golpes de puño, de mano vacía, patadas, codos, etc., con los principios de adherencia y sensibilidad propios del Tai Chi Chuan.
Practicar el San Shou sin un desarrollo previo de estos principios, que se trabajan a través de la forma larga de 108 movimientos y del Tui Shou, puede hacer de esta “forma” o kuen un simple trabajo mecánico que derive en una práctica externa de entrenamiento sin alcanzar con ello los niveles avanzados del Tai Chi Chuan.
En algunas escuelas tradicionales de Tai Chi Chuan, mantienen a sus alumnos en el entrenamiento del Tui Shou durante varios años.
El Tai Chi Chuan fundamenta sus técnicas de combate en muchos e intrincados principios de sensibilidad, adherencia y transformación de la energía del contrario, pero sobre todo en la comprensión del concepto Ging o “Fuerza relajada”, siendo ésta la clave básica del aspecto marcial. La comprensión de este principio no se refiere solamente a un nivel intelectual, sino también a un nivel físico.
Para desarrollar estos conceptos es necesario mucho tiempo de práctica, ya que necesitan ser aprendidos y asimilados a un nivel físico y energético. En nuestra escuela, la práctica del Empuje de Manos se desarrolla en varios niveles: a “una mano” estático o sin pasos, a “una mano” con pasos, a “dos manos” sin pasos y a “dos manos” con movimiento libre. Todos estos niveles de contenidos en el Tai Chi Chuan, conceptos como “interpretar la energía”, “neutralizar”, “absorber”, etc., ya que en Tai Chi Chuan no se aplica la fuerza bruta o física tal como la desarrollan los estilos externos, sino que la aprovecha y transforma en beneficio del propio practicante.
Estos principios de sensibilidad que se aplican en la forma de dos hombres o San Shou, son los que hacen que el intercambio de golpes sea una constante transformación de acciones, de neutralización de golpes y contraataques, de intercambio entre el Yin y el Yang que cada persona contiene.
El combate de Tai Chi Chuan se desarrolla a una distancia corta, muy próxima al contrincante, en la cual es difícil adivinar que técnica aplicará el oponente y aún más pensar una respuesta adecuada al ataque; es solo a través de los ejercicios de sensibilidad de Tui Shou y del San Shou que uno puede aprender a sentir la presión o fuerza del contrario, interpretarla y responder con una técnica efectiva.
A través de la “forma” del San Shou se pueden descubrir las diferentes opciones de las que uno dispone en cada situación ofensiva; así, este kuen hay que entenderlo como una herramienta de aprendizaje del aspecto marcial del Arte, sin él difícilmente se llegará a un completo desarrollo de este.
Llegados a este nivel ya sólo quedará aplicar la “fuerza explosiva” o el Fa Ging a cada técnica, la última y misteriosa fuerza energética que solo algunos maestros han desarrollado y de los que se han escrito increíbles hazañas que han magnificado el Arte del Tai Chi Chuan.
Sebastián González