Este arte marcial, cada vez más popular como técnica de integración corporal, presta especial atención a dos factores que potencian el bienestar físico y mental: la respiración y la concentración.
Movimientos lentos, ágiles y sinuosos, como si de un gato se tratase. Silencio, una expresión de profunda concentración y a la vez, de calma y serenidad, una atmósfera que llega a magnetizar al observador por su tranquilidad y concentración y, que induce a la paz interior...